Los nuevos leprosos

Posted: 29th marzo 2011 by Euskaria in Sin categoría

En tiempos de Jesucristo, los leprosos configuraban uno de los grupos que de modo más significativo sufrían la exclusión del resto de la sociedad. En el otro extremo estaban aquellos que consideraban estar en posesión de la verdad y que se veían a sí mismos como depositarios e intérpretes de una ley que sólo Dios podría cumplir de modo estricto.

Salvando las distancias, el proceso vasco adquiere tintes similares, al menos a la vista de lo que algunos amanuenses escriben en los medios de comunicación afines al, antaño, Imperio donde no se ponía el sol.

Leo las crónicas de la prensa más extremista, esa que nos lleva a algunos a avergonzarnos de nuestra profesión, antaño causa de admiración y respeto, hoy, casi, sinónimo de oprobio. Sus párrafos están llenos de unos curiosos conceptos que llevan el sello del desprecio y que han creado escuela, pues se utilizan con rampante desparpajo en medios de comunicación afines a la causa hispana. Proetarras, batasunos, no contaminados…, entre otros, sin olvidar hilarantes neologismos como euskobatasunos o blanqueados.

Dentro de unos años, cuando todo haya acabado, esos plumillas tendrán que dedicarse a informar sobre el paso del Tren de Alta Velocidad por su localidad, sobre tal o cual caso de corrupción del Concejal de Urbanismo de su capital, sobre las tramas de la delincuencia organizada en su ciudad… Los pesebreros, pues, se apuntarán a las listas del paro. O eso, o una readaptación en masa a otro tipo de informaciones, años después de haber tenido en el estallido de violencia vasco su mejor medio de vida. No digo, empero, que se hayan divertido durante años, como es, al parecer, el caso de Fernando Savater. Simplemente, han vivido de la expresión más brutal del conflicto vasco.

Pero, antes de que todo eso llegue, asistimos, según ellos, a una división de la sociedad entre buenos y malos. Una suerte de maniqueísmo que impulsa, más decididamente que nunca, una absurda caza de brujas. Son los demócratas de toda la vida, los nuevos fariseos, quienes decidirán quiénes esta libre de todo pecado a la luz de la nueva Torá, el cacareado Estado de Derecho. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra, decía el Maestro. A alguno lo habrán de echar de una lista electoral por haberle roto la capa al cura siendo niño; a otro quizá por haberle tirado una bomba fétida en el salón de plenos; o, quien sabe, a cualquiera por acudir resacoso al trabajo una mañana de lunes.

Frente a la filosofía del no y del todo es ETA, los ciudadanos que ven la política en positivo y que piensan en sumar más que en restar. Frente a la España oscura, rancia, inquisitorial, revanchista y traicionera que vuelve a cernirse sobre nosotros, la Euskal Herria siempre fresca, imaginativa, brillante, noble y activa. He ahí un hecho diferencial que nada tiene que ver con lo racial. Es, simple y llanamente, hacer las cosas a nuestra manera. Somos los leprosos vascos. El peor deshecho de la sociedad a los ojos de la brunete mediática y los políticos que colaboran con ella; pero, según los parámetros del Maestro, también los destinados a heredar la tierra. Tierra vasca, por supuesto.

Raúl Arkaia, miembro de la Fundación Euskaria