ANGEL OIARBIDE
GURE ESKU DAGO
«Está en nuestras manos que lo que hoy es posible en Etxarri mañana lo sea en todo el país; debemos construir confianzas entre la ciudadanía para lograr un consenso suficiente para ello.»
Hoy domingo los vecinos de Etxarri Aranaz acudirán a las urnas, algunos con la papeleta del Sí, otros con la del No, habrá votos en blanco… Personas que al hablar del futuro que anhelan para su país discutirían seguramente de manera airada, pero que participarán de manera conjunta en un ejercicio democrático colectivo. ¿No es este el mejor ejemplo de que el derecho a decidir es un punto de encuentro entre diferentes?
La consulta del domingo será posible gracias al camino recorrido hasta ahora, donde la ciudadanía ha sido la principal protagonista y ha primado, sobre todo, el trabajo en común entre diferentes. La propia dinámica que se ha encargado de promocionar la consulta destaca que se trata de un lugar de encuentro para opiniones diferentes, basado en el respeto y que será una oportunidad para profundizar en la democracia, cuyo único ganador es el propio pueblo.
Es evidente que tejer confianzas es algo más viable en un entorno en el que nos conocemos todos que en ámbitos geográficos más amplios. Pero, es necesario destacar el esfuerzo que exige situar en un mismo ámbito de trabajo a personas de diferente opinión y condición, es necesario construir confianzas inexistentes anteriormente, fortalecer los puntos en común, tejer redes, primar lo que nos une. Pero lo normal es eso. ¿Cómo es posible que quienes comparten cuadrilla, que se reúnen en un bar para animar al mismo equipo, que charlan frente al centro escolar mientras esperan la salida de sus hijas e hijos, comparten ámbito laboral… no tengan posibilidad de decidir de manera conjunta el futuro que desean para su pueblo? Es común repetir que el nuestro es un pueblo dividido, pero si nos centramos en el día a día de los ciudadanos, son muchas más las actividades que llevamos a cabo de manera conjunta que separada. En cierta medida, esto se debe a que en la mayoría de esas actividades la protagonista es la propia ciudadanía.
Gure Esku Dago trabaja para tejer esas confianzas ciudadanas para hacer posible ese ejercicio democrático conjunto. Gure Esku Dago, más que una dinámica es una actitud, la actitud que tomamos la ciudadanía para empoderarnos y ser protagonistas de nuestra historia.
No es tarea fácil, pero estamos convencidas de que aquellas personas que cada fin de semana se reúnen animando al Athletic, Real, Osasuna, Alavés, BO o Aviron son capaces de emprender este camino de manera conjunta. Estamos convencidos de que aquellas personas que cada día unen sus manos en sus centros de trabajo en su proceso productivo son capaces de emprender esta vía conjunta.
Este domingo, independientemente de la papeleta que lleve cada uno, todas las personas que participen en la consulta ejercerán su derecho a decidir. El resultado más importante será el propio ejercicio del voto, y no tanto cuántas papeletas llevan el Sí y cuantas el No. Es esa acción la que une a diferentes ciudadanos, gente feliz en un pueblo libre, tal como reza la letra de la canción de Gure Esku Dago.
El protagonismo ciudadano que ha hecho posible la consulta de Etxarri ya se está extendiendo pueblo a pueblo, porque lo normal es poder decidir, porque la decisión es un punto de encuentro, una acción colectiva. El 8 de junio esa actitud que han tomado miles de ciudadanos conformará una cadena humana entre Durango e Iruñea, unirán sus manos aquellos que apoyan el Sí y el No en Etxarri, y aquellas personas que se ven representadas en una y otra papeleta. El 8 de junio unirán sus manos ciudadanos que más allá de sus diferencias comparten el anhelo de poder decidir sobre su futuro.
Los habitantes de Etxarri-Aranaz merecen nuestro aplauso, por el camino que han recorrido hasta hacer posible la consulta de este domingo y por demostrar que la decisión es un ejercicio democrático del que salimos ganadores todos. Está en nuestras manos que lo que hoy es posible en Etxarri mañana lo sea en todo el país; debemos construir confianzas entre la ciudadanía para lograr un consenso suficiente para ello. El camino, el cómo se llega a ello, es lo más importante, la capacidad de unir nuestras manos en ese camino conjunto. Porque lo que está en nuestras manos es el recorrido hasta el día de ejercer el derecho a decidir.